En Venezuela, a
pesar de que los lentes a nivel mundial comenzaron a tener significación social
desde el siglo XIV, éstos se comenzaron a proveer finales del siglo XIX, siendo
sus orígenes similares al de otros países. Tal como lo señala Barrientos
(1987):
Los
orígenes de la Optometría venezolana se remontan al año de 1901, cuando llegó a
Maracaibo el optometrista norteamericano William Harry Lobby, quien dotado de
un modesto instrumental comenzó a realizar exámenes visuales a domicilio y a
suministrar los anteojos correctivos. En sus inicios los lentes eran ofrecidos
por buhoneros que iban de pueblo en pueblo pregonando sus ventajas y
proveyéndoles a las personas que los necesitaban, asimismo, en algunos
almacenes se les conseguían. Generalmente, eran anteojos para leer y estaban
montados los cristales en sus respectivas armazones. El cliente se los probaba
hasta conseguir con cual “defenderse”. (p. 2)
El autor comenta que estos
hechos debieron ocurrir desde finales del siglo pasado y hasta entrando el
siglo XX. Posteriormente, se hacía algo de refracción en algunas farmacias,
joyerías y quincallerías.
Asimismo, Briceño (1966),
explica que en 1901, se presentó en Maracaibo William Lobby, con instrumentos
extraños que para los entendidos, consistían en una Caja de Prueba, un
retinoscopio y otros accesorios propios para el ejercicio de la Optometría que
entonces estaba en su etapa inicial.
También, el autor expone
que por casualidad, el Sr. Lobby se alojó en la misma casa de hospedaje donde
habitaba el Sr. Manuel Behrens, funcionario de aduana de aquel importante
puerto zuliano, dándose la circunstancia de que dicho huésped no tenía muy
buenos conocimientos del español, mientras que el aduanero dominaba bastante el
inglés, cosa que favoreció, para ambos, las relaciones de amistad.
Igualmente, el autor
agrega que en aquellos contactos despertaron en Behrens la curiosidad e interés
por la nueva profesión. Gradualmente, fue adquiriendo mayores conocimientos de
Optometría por el contacto e intercambio con el Sr. Lobby. Paulatinamente, fue
dominando la práctica necesaria para llevar a cabo un examen de refracción y
pronto se convirtió en un aplicado auxiliar de Mr. William.
Resulta relevante considerar que el
autor explica que buscando mayor campo de acción y por supuesto mayores
beneficios a Mr. William se le ocurrió recorrer varias ciudades en giro de tipo
profesional y, llevado sin duda por el espíritu aventurero, el joven Manuel
Behrens aceptó la proposición que le hiciera de acompañarlo abandonando su
puesto por el aleatorio cuyas ganancias pensó sobrepasarían al no muy mal
remunerado de aduanero.
Visitaron una tras otra, las ciudades
más importantes del país con éxito y ganancias extraordinarias, especialmente
para el Sr. Lobby. Cuando este había producido lo suficiente decidió volver a
su tierra, en pago y premio de los servicios le dejó a Manuel Behrens como
regalo, su Caja de Prueba y todos sus accesorios, además de las direcciones
para continuar con los pedidos ya efectuados. Behrens aceptó la alternativa que
se le brindaba y se convirtió en uno de los pioneros de la profesión en el
país. No sólo se dedicó a recorrer ciudades en busca de pacientes y beneficios
ocasionales. Sintió deseos de perfeccionarse y, para ello, viajó a Estados
Unidos, permaneciendo allí unos cuatro años practicando y estudiante
ampliamente la Optometría hasta lograr doctorarse.
A su regreso, se asocia con la firma
Gathmann Hnos., formando el primer Gabinete Óptico de Venezuela, bajo su
dirección. Este gabinete contaba con los equipos apropiados y con el más
moderno instrumental de la época y le anexó un pequeño laboratorio de montaje;
se encontraba ubicado en la esquina de Mercaderes en Caracas, y sirvió de
escuela de Optometría a destacados precursores tales como Tarcisio Abreu,
Antonio Preziosi, Amador Briceño, Pedro Behrens, Alberto Behrens, Juan Bautista
Belisario Aponte y Buenaventura Briceño Belisario.
Posteriormente, se separa
e independiza para establecer su propio negocio, esto según consta en la Gaceta
Municipal No. 2.212, de fecha 19 de septiembre de 1.918.
En este mismo orden de ideas,
Barrientos (1987), narra que a finales de 1929 y comienzos de 1930, llegan a
Venezuela algunos Optometristas y Ópticos extranjeros entre ellos Constanzo Vanzina,
Cantizani y Lofzang, quienes también contribuyeron a formar el primer grupo de
Optometristas del país.
Según consta en la Revista Visión de
la Optometría (s/f), en los años treinta existían varios gabinetes en la nación
venezolana, en tal sentido, muchos de los Optometristas formados por Manuel
Behrens se dirigieron a Estados Unidos para cursar la carrera de Optometría en
escuelas universitarias de la especialidad.
Un hecho relevante ocurre el 4 de
agosto de 1938, cuando un grupo de Optometristas conformado por egresados de
escuelas universitarias del exterior, profesionales extranjeros radicados en el
país y algunos formados autodidácticamente, fundaron la Asociación de
Optometristas en Venezuela, siendo sus miembros fundadores Luipolt Neigert, José
Belloso, Pedro Belisario, Francisco Herrera y Amador Briceño Belisario. De este
acontecimiento vale resaltar lo contenido en el ejemplar de la Revista Visión
de la Optometría (s/f), donde se explica que:
Entre los objetivos de esta asociación
tal como lo dice su acta constitutiva estaba “reunir a los optometristas de
reconocida reputación, mejorar las normas de la ciencia óptica y elevar
profesionalmente a la optometría, reglamentar el ejercicio de la misma y evitar
cualquier comercialización indigna de la profesión y crear una escuela de
optometría en nuestra ilustre Universidad Central de Venezuela. (p. 49).
A pesar de lo antes señalado, esta
asociación duró pocos años, conformándose otra nuevamente, el 21 de mayo de
1949, cuyo primer presidente fue Buenaventura Briceño Belisario, quien junto
con sus colegas organizó el gremio y formaron las bases de la Asociación de
Optometristas de Venezuela desde 1949 hasta 1960. Por ello, debe considerarse
esta fecha como la superación de las actividades a quienes se dedican en
provecho no sólo de los profesionales de la Optometría, sino, primordialmente,
en beneficio de la salud pública. Fue la consagración en Venezuela de la
profesión con derechos propios y legítimos.

Dentro de este marco, vale
puntualizarse que en la década de los 50 y los 60, el gremio de Optometristas
realizaba las gestiones pertinentes para consolidar una Escuela Universitaria
de Optometría, así como la normativa de la profesión. En este periodo se
dictaron diversos cursos, conferencias, charlas, simposios y otros eventos con
el fin de aumentar los conocimientos de los Optometristas.
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